Un pedacito de cielo
El nuevo telescopio espacial James Webb ha apuntado su mirada a un pedazo del cielo del tamaño de un grano de arena, y esto es lo que ha revelado. Cada punto luminoso en la imagen es una galaxia, separada de las demás por distancias tan vastas que su luz tarda cientos o incluso millones de años en recorrerlas. Cada una de esas galaxias está formada por miles de millones de estrellas, la mayoría de las cuales cuenta su propio sistema de planetas orbitando a su alrededor. Es posible (muy probable) que en muchos de esos mundos exista vida: ecosistemas diversos, con su propia flora y fauna, e incluso civilizaciones radicalmente distintas a la nuestra, algunas (¿la mayoría?) quizás más avanzadas de lo que podamos siquiera imaginar.
Pero este pequeño fragmento del cosmos es apenas una fracción infinitesimal del universo, que en sí mismo es inconcebiblemente grande, tal vez infinito. Y aún más: es probable que nuestro universo no sea único, sino apenas uno entre un número infinito de universos.
Y nosotros preocupados por nuestras insignificantes miserias...
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