Nubes en el horizonte
La publicación en 1687 de los Principia Mathematica de Isaac Newton produjo una revolución en la ciencia, y no fue para menos. En aquella monumental obra se establecían las tres famosas leyes del movimiento y se desarrollaba el cálculo diferencial, pero sobre todo se publicaba algo que cambiaría la física para siempre: la ley de la gravitación universal . Por primera vez era posible reducir todo el movimiento del cosmos a simples y elegantes ecuaciones matemáticas. A partir de Newton se sucedieron los avances científicos: la termodinámica, la óptica, el electromagnetismo, la estructura atómica… A finales del siglo XIX, el panorama de la ciencia era tal que, en 1894, el físico estadounidense Albert Michelson llegó a decir en la inauguración del Laboratorio de Física Ryerson de la Universidad de Chicago que “ parece probable que la mayoría de los grandes principios fundamentales han sido ya establecidos; el futuro de la física debe buscarse en la mejora de la precisión [experimental] a